lunes, 29 de marzo de 2010
La resiliencia o Estar Tranquilo cuando llega La Adversidad
Resiliencia es…
La capacidad humana de asimilar y superar adversidades graves. Deriva del latín resilire:rebotar.
¿La resiliencia nos ha llevado hasta aquí como especie?
Es un mecanismo adaptativo, sin duda.
¿Qué adversidad es la peor?
Perder a alguien muy querido. Padecer una enfermedad terminal, o un accidente traumático, o una agresión violenta… En términos generales: una ruptura fuerte.
¿Ruptura con qué?
Con tus conexiones con la vida hasta el momento. Si depositas tu identidad en tu empleo, ¡perderlo será una grave adversidad!
Y me quedaré sin sustento material.
Ya, pero adversidad grave es la que sacude tu sentido de la vida, la que te lleva al “¿tiene ahora algún sentido seguir viviendo?”.
[...]
Sabiendo todo esto, ¿cómo puedo aplicármelo para fortalecer mi resiliencia?
Uno, cultiva tus relaciones afectivas. Dos, narra lo que te pasa, cuenta tu historia. Tres, intenta pensar que tienes poder sobre tus circunstancias, y así minimízalas. ¡Crecerás en autoestima y autocontrol! Serás más resiliente: alejarás la infelicidad.
[...]
Si le pregunto: “Vivir, ¿para qué?”, ¿qué me responde, doctor?
Dímelo tú. Si tú no encuentras motivo alguno para vivir, ¡nada puedo hacer yo! Pero siempre suele salir algo ínfimo: ver salir el sol, ver un partido… Y tirando de ese hilo, de lo que se esconde detrás de eso, encontraremos las conexiones con la vida…
No es la primera vez que toco el tema de la resiliencia, pero creo que la ocasión merece tratarlo de nuevo, por los buenos consejos que nos da Rojas Marcos, ya que todos ellos son cosas que podemos hacer, sea solos o con ayuda (si es necesario profesional, para eso estamos!). Analicemos un poco las pistas que nos da para ser resilientes:
- Cultiva tus relaciones afectivas. Las relaciones sociales son una parte indispensable de nuestra existencia, somos seres sociales y el contacto con los demás nos alimenta espiritualmente. ¿O crees que es casualidad el boom de las redes sociales? Necesitamos de los demás, de su reconocimiento y como ya dije hace poco, de que nos quieran. Las relaciones sociales incluso nos protegen frente al Alzheimer.
- Contar lo que nos pasa. Todos necesitamos contar lo que nos ocurre, poner en palabras lo que sentimos en nuestro interior. En eso, los procesos de ayuda como la terapia y el coaching pueden ser de gran utilidad. Pero también lo es hablar con un amigo, con un maestro, con un familiar o escribir un diario o una historia. La clave es dejar salir fuera lo que tenemos dentro.
- Sentir que controlamos nuestras circunstancias. Es obvio que no podemos controlar todo lo que nos puede suceder, pero sentir que tenemos un cierto control de nuestras vidas, ser optimistas y creer que muchas cosas dependen de nosotros aumenta nuestra autoconfianza y nuestra autoestima. Y eso es una gran ayuda para ser resilientes, ya que si crees en ti mismo es mucho más fácil que te veas capaz de superar la adversidad. Por ello es bueno optar siempre que se pueda por situaciones en que seas tu quién controla tu vida.
Es cierto que algunos de estos consejos son más fáciles de decir que de aplicar, pero para eso tenemos toda una vida, para aprender día a día, para seguir creciendo, para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Y sobre todo, para dar sentido a nuestras vidas y estar atentos para cuando llegue nuestra llamada interior.
¿Te consideras una persona resiliente? ¿Has salido fortalecido de alguna crisis
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