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martes, 16 de marzo de 2010

Amar México

El murciano Paco Nadal recorre el México más intenso Llega a las librerías 'Pedro Páramo ya no vive aquí', premio Eurostars Hotels-RBA 15.02.10 - 01:24 - CATALINA GUERRERO | MURCIA. ImprimirEnviarRectificar 1 voto2 votos3 votos4 votos5 votos1 votos0 Comentarios | Comparte esta noticia » Paco Nadal, un «viajero profesional» fascinado por el «minimalismo» de los desiertos, acaba de publicar un libro sobre México, en el que recoge «historias sorprendentes» de sus viajes por un país «intenso» que «amas y odias por igual». En 'Pedro Páramo ya no vive aquí' (RBA), Paco Nadal (Murcia, 1960), escritor, periodista, fotógrafo y director y guionista de documentales, hace un «compendio» de sus «muchos» viajes a México y que, según dice a Efe, se puede leer «como uno solo», «al estilo de 'Rayuela'», de Julio Cortázar. Vencedor de la quinta edición del Premio Eurostars Hotels-RBA, fallada en septiembre de 2009, el relato de Nadal sobre México se estructura en seis capítulos que se pueden leer en orden o al azar, y en los cuales hay no sólo literatura de viajes, sino también ensayo, historia, grandes dosis de humor y pinceladas poéticas. Escrito de forma atemporal, salvo el primer capítulo fechado en enero de 1994 y que corresponde a su primer viaje a México, el libro, de casi 200 paginas, capta las luces y sombras de un país «superlativo», «que es peligroso pero también fantástico». Todo exprimido «Es un país en el que todo, la vida y la muerte, se vive con una intensidad que, aquí, en Europa, no estamos acostumbrados. Es, digamos, la esencia de lo latino, de lo mexicano, de lo caribeño, todo exprimido y puesto en un solo país», resume Nadal. En definitiva, añade, «impacta», «engancha» y a él, que presume de tener «el mejor trabajo del mundo» porque le «pagan por hacer el turista», reconoce que le «enganchó mucho», le «cautivó». De esa fascinación nació un libro que la escritora mexicana Ángeles Mastretta, que lo prologa, califica de «mágico» y avisa al lector que si lo abre no podrá soltarlo, «porque es imposible librarse de la voz original y avasalladora de quien lo cuenta». Y quien lo cuenta es un químico «reconvertido» en periodista y que pasea su mirada «racionalista y empírica» por el Chiapas de la sublevación zapatista; el gran Distrito Federal, la megalópolis de 20 millones de habitantes, con todas sus glorias y sus miserias; los gigantescos cañones de la sierra tarahumara, tallados por el río Urique y sus afluentes; Chihuahua y las desoladas praderas del norte que recorrió Pancho Villa; y la deliciosa Comala, donde Nadal buscó el rastro de Juan Rulfo y Pedro Páramo. Por todos esos parajes, salvo por Chiapas, donde le acompañaba su mujer -acababan de casarse-, Nadal viaja solo y a golpe de autobús. Viajar solo es «una condición 'sine qua non'» para «disfrutar» de un viaje, aunque parezca «ermitaño» o suene a «misantropía», pero es la única forma de ser «una esponja».

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