lunes, 29 de marzo de 2010
Juntos Pero no atados de Jaume Soler y Mercè Conangla
JUNTOS PERO NO ATADOS.
Vivir en pareja no es fácil ni es la garantía de nada: es una aventura. “Juntos pero no atados” es un un libro para los que ya es tarde y para los que están a tiempo.
Elegimos a nuestra pareja y, por ello, somos responsables de la relación que tenemos.
Vivir en pareja no es fácil ni es la garantía de nada: es una aventura con muchos caminos posibles y una oportunidad de crecer que apela a la libertad y a la responsabilidad del ser humano.
Juntos pero no atados, propone construir un espacio de relación donde cada persona pueda continuar siendo ella misma a la vez que trabaja para conseguir un espacio de pareja conjunto.
Con un lenguaje sencillo y repleto de relatos y ejemplos, los autores proponen construir una relación emocionalmente ecológica, creativa y vinculada por el amor en lugar de unidad por ataduras de dependencia. El libro forma parte de un trilogía sobre la familia que analizará también los conflictos con los hijos y las dinámicas familiares.
Se trata de la tercera obra conjunta de los psicólogos Mercè Conangla y Jaume Soler.
Jaume Soler y M. Mercè Conangla son fundadores de la Fundació ÀMBIT, Institut per al Creixement Personal de Barcelona y coautores entre otras obras de “La Ecología Emocional” , “Aplícate el cuento” y “Crisis Emocionales”, en los que proponen dar un paso más allá de la Inteligencia Emocional, añadiendo a dicho concepto los de responsabilidad individual y consideración del impacto emocional global.
Índice de la obra: I parte Espacio Amor: El amor esencial. Del yo... . ...Al nosotros. II parte Convivencia en pareja... ¿caos o cosmos?: Sobre territorios, límites y fronteras. La descoordinación amorosa. De la gestión emocional desadaptativa. A la gestión emocional ecológica. Otras visiones. Epílogo.
¿Creía en el amor para toda la vida? ¿piensa que vivir en pareja es un gran sacrificio? ¿es posible una convivencia de pareja equilibrada y emocionalmente estable en los tiempos que corren?
Iniciar una relación de pareja provoca una gran ilusión y es, seguro, una fuente de crecimiento personal. Pero la rutina, los celos, las dificultades económicas o la falta de comunicación suelen convertirse en ‘armas de destrucción masiva’ para las parejas de hoy en día. Ya nada es como antes.
Una de los primeros interrogantes que se nos plantean es el siguiente: ¿Sabemos elegir a nuestra media naranja? “Nos han educado con la creencia de que debemos conseguir a nuestra media mitad. Quién no encuentra pareja, está incompleto y es compadecido. Y ése es uno de los problemas fundamentales. Buscamos en la pareja parches para nuestros agujeros, para nuestros vacíos, y redes para nuestras inseguridades.
La realización individual nunca puede dejarse de lado si queremos conseguir una pareja que perdure en el tiempo, explica Mercé Conangla.
Este libro sienta las bases para construir relaciones emocionalmente maduras, donde se ofrecen algunas claves para lograr un futuro conjunto. “Razones como evitar la soledad, el miedo a no encontrar una persona mejor, la seguridad económica, el estatus o por simple complacencia, son sinónimos de fracaso sentimental. Nosotros elegimos a nuestra pareja, por ese motivo, somos responsables de nuestra relación”.
La pareja emocionalmente ‘ecológica’ tiene el futuro asegurado. “Se trata de aquella que parte de dos personas autónomas, independientes y con un ‘yo íntegro’ que se eligen en libertad y responsabilidad, dispuestas a seguir trabajando en su desarrollo personal. Supone la oportunidad de ser uno mismo, pero sin necesidad de recurrir a máscaras de protección”, explica Conangla.
El ‘yo cambiaré’ es una falacia que puede ser causa de frustración constante e infelicidad. A veces ocurre que una persona se siente tan insegura que está dispuesta a hacer lo que sea para ser aceptada y querida. Ocurre cuando surgen los malos tratos, si nuestra pareja nos maltrata tenemos el deber con nosotros mismos de ‘dar la vuelta’ y cerrar rápidamente esa relación destructiva. Hay personas maltratadas que afirman que siguen amando a su maltratador. Están confusas. ¿Acaso se puede amar a alguien que abusa de ti, no te tiene en cuenta o te utiliza?
Confundimos amor con sucedáneos emocionales que nada tienen que ver con él: amor no es dependencia, ni compañía, ni necesidad, ni posesión, ni deseo, ni exclusividad.
Otro de los problemas más comunes en las relaciones afectivas es el poder. ¿Quién tomas las decisiones? ¿hay uno que decide más que el otro? Básicamente hay dos aspectos importantes en los que puede aparecer la lucha de poder: el económico y el afectivo.
“La persona que necesita menos afecto es la que tiene mayor poder económico. Pero la que necesita más afecto es la más débil, y entonces recurre a los sentimientos de culpa y al chantaje emocional para conseguir incrementar su poder afectivo. En la actualidad, el poder económico está más repartido pero hay situaciones en las que el salón de casa puede convertirse en un campo de batalla: si la mujer gana más que el hombre; uno de los dos está en paro; si otro gasta en exceso o no se tiene en cuenta las decisiones del contrario”, comenta Soler.
Cuando aparecen en escena los hijos se pone a prueba muchos sentimientos, a veces contradictorios, además de la capacidad de amar y la generosidad.
“No es que los problemas vengan con los hijos sino que las relaciones se vuelven más complejas. Entonces es posible que afloren las contradicciones individuales y las dificultades para gestionar sus emociones, su tiempo o las prioridades. Pero no se trata de primar más a la pareja o a los hijos. Debemos actuar con coherencia consigo mismo y obrar en consecuencia por nuestros valores y la ética personal”.
Vivir en pareja no es fácil.
Es una aventura con muchos caminos posibles y una oportunidad de crecer que apela a la libertad y a la responsabilidad del ser humano.
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