sábado, 3 de abril de 2010
Oportunidades de Mejora
La Ley del Vórtice nos invita a pensar en los momentos de caos e incertidumbre como oportunidades creativas para mejorar nuestras vidas. Nuestros pensamientos están diseñados para mantenernos, esencialmente, en el lugar que conocemos, y así la sociedad se mantiene estable. Ciertos anclajes son necesarios, pero pueden ser terriblemente constrictivos si pensamos que son todo lo que la vida tiene para nosotros. Ir más allá de estas “zonas de confort” nos permite crecer y desarrollarnos.
Ser creativo implica darle la bienvenida a las catástrofes que nos hacen abandonar las estructuras comúnmente conocidas para alcanzar una reorganización creativa. Así como la psicoterapia invita al paciente a hacer asociaciones libres para entrar en contacto con el material caótico del subconsciente, explorar la incertidumbre implicar permitir que nuestras convicciones y construcciones mentales desaparezcan o se transformen.
Cuando le damos la bienvenida al desorden y la ambiguedad, experimentamos lo que los artistas de todos los tiempos viven en sus momentos creativos, y vemos cómo del caos surge algo nuevo.
Al contrario de que comúnmente se piensa, todos podemos ser creativos, no sólo los poetas y los locos. El psiquiatra David Sheiberg sostiene que los trastornos mentales, que se aparecen ante el ciudadano común como un rasgo caótico, son todo lo contrario: la mente se vuelve cerrada y rígida, impidiendo respuestas abiertas y creativas.
En busca de la verdad
Explorar la incertidumbre es ir en busca de la verdad. Krishnamurti descubrió a la verdad del siguiente modo: “La verdad no es un punto fijo. No es estática, no puede medirse con palabras. No es un concepto, una idea que pueda adquirirse. Cada uno debe hallarla a partir de las condiciones de su propia y única vida”.
Captar la verdad fue el deseo del pintor Paul Cezanne. Se afanó por plasmar en sus lienzos la verdad de lo que veía delante de sus ojos. Pero su técnica incluía mover ligeramente la cabeza ante su motivo, y de esa manera cambiar totalmente la escena. Cada cambio de perspectiva, por ligero que fuera, ponía en duda lo pintado anteriormente. Las pinturas de Cezanne son, en consecuencia, series de puntos de bifurcación de visión, lo que se ha dado en llamar “la duda de Cezanne”.
Cada momento de nuestras vidas es un punto de bifurcación. Tomamos por una calle, o por otra. Escogemos una entre diferentes opciones. Decimos que sí o que no a distintas ofertas, a menudo a partir de fórmulas fijas, infinitamente repetidas y que nos conducen por caminos rígidos y rutinarios.
La Ley del Vórtice nos anima a entrar en contacto con un movimiento de la verdad que cuestiona constantemente lo que vemos y pensamos sobre el mundo, que cambia la perspectiva de visión, abandona hábitos mecánicos, explora la incertidumbre y sacrifica lo que es familiar.
“La verdad y el caos están unidos. Vivir con dudas creativas significa entrar en el caos para describir que la verdad no puede medirse con palabras”.
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