sábado, 10 de abril de 2010
Mirar la Vida a la Cara de frente
Aforismos Altermundialismo Artes plásticas Ciencia Cine Cognición Comunicación Comunicación Audiovisual Creatividad Crítica política Días Mundiales Ecología Educación Ensayo Estudios Culturales Estudios sobre el discurso Europa General Internet/Nuevas Tecnologías La frase de cada día LEA: Literatura y espectáculo audiovisual Lectura(s) Música Narrativa Pensamiento Crítico Poesía Salud Semiótica Transdiscursiva Solidaridad Teatro Teoría de la Literatura Teoría del Emplazamiento Mar 10, 2009
2009.03.10 “Mirar la vida a la cara, conocerla por lo que es, quererla por lo que es, y amarla por lo que es…”. Wirginia Wolf
“Mirar la vida a la cara, conocerla por lo que es, quererla por lo que es, y amarla por lo que es, y entonces guardarla”. Wirginia Wolf
Esta frase de la gran escritora del Grupo de Bloomsbury es una llamada de atención para no perdernos en nuestras fabulaciones y fantasías, sino contemplar la realidad de la vida de frente, cara a cara, con valentía. Y ser capaces de amarla no tanto por lo que queremos que sea, sino por lo que es: aceptar la existencia como don, como regalo, y ser capaces de querer la vida…
Virginia Wolf tenía cierto miedo a la mirada interior, a encontrarse a solas con sus pensamientos, y reclamaba una y otra vez afrontar la realidad de los hechos: “No voy a hacer introspección alguna. Me repito la frase de Henry James: Observar incansablemente. Observar los síntomas de la vejez que se acerca. Observar la codicia. Observar mi propio abatimiento. Con ese método, todo eso se vuelve útil. Insisto en aprovechar esta época de la mejor manera posible. Me hundiré con todas mis banderas desplegadas”.
Hay, con todo, un poso amargo en la experiencia inestable de Virginia Wolf. Tal vez, un exceso de búsqueda de sentido, una hiperintención que también puede debilitarnos y arrastrarnos hasta el fondo.
Quedémonos con la primera invitación: mirar la vida a la cara, y amarla. Guardar en nuestro corazón los buenos recuerdos, pero sin nostalgias, sin quedar anclados al pasado porque en este instante, por duro que sea, es vida lo que se despliega ante nosotros, y desde ella, incluso desde la amargura o el dolor, hemos de mantener el contacto con ese gozo de ser (gaudium essendi) que se nos otorga como regalo incondicionado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario