Cuando Spencer descubrió la intuición como una herramienta REAL Y CONCRETA del hemisferio derecho por los años sesenta, dejó de ser considerada, al menos por los estudiosos, como un elemento paranormal o metafísico que sólo disfrutaban algunos elegidos, sobretodo las mujeres quienes gozaban de una mayor cantidad de intuición. Pero por si acaso algunos todavía no saben de ella, es que me permito, desde un punto de vista diferente y más bien festivo, hacer un recuerdo y cómo la ven algunos estrategas de la administración.
Herbert Simon sostiene que la esencia de la intuición yace en una organización del conocimiento tácito que permita su rápida identificación y transformación en conocimiento explícito.
Sorokin señala que existen tres formas de verdad la sensorial, la racional y la intuitiva.
Robert K. Cooper apunta que la honradez emocional favorece sensiblemente la intuición y que ésta, entre otros efectos, nutre la empatía.
Janice Redford y Robert McPherson relacionan decididamente la intuición y la empatía, y recuerdan que las personas intuitivas pueden observar un conflicto desde la perspectiva de cada parte.
El gran Peter Senge dice que "los individuos dotados de elevado dominio personal (una de sus conocidas "disciplinas") no se plantean elegir entre la razón y la intuición, como tampoco se les ocurriría caminar con una sola pierna o mirar con un solo ojo".
Einstein decía que "la intuición es lo único que realmente vale".
Naturalmente que existen muchísimas otras opiniones pero para no “revolcar las neuronas” quedémonos con estas que nos puede servir para nuestra gestión empresarial.
Sin embargo no puedo dejar de citar a Goleman que señala:"la sensibilidad intuitiva instantánea podría ser el vestigio de un primitivo y esencial sistema de alarma, cuya función consistía en advertirnos del peligro..."
Si nos damos cuenta todas o casi todas las frases de la referencia sitúan la intuición entre el sistema nervioso primitivo y el evolucionado, entre los pensamientos y los sentimientos, entre la habilidad y el don, entre lo individual y lo colectivo, entre lo consciente y lo inconsciente, entre nuestro viejo pasado y el futuro remoto, entre la veleidad y la ciencia; cosa que a mi particularmente me sorprende porque la intuición es una herramienta de la corteza cerebral que es conciente pero que tiene la cualidad maravillosa de ser la llave de comunicación con el mundo emocional y eso hace que confunda a veces.
A continuación expondré algunos punteos de cómo se ha tratado la intuición desde ángulos que a mí me acomodan bastante, aunque no totalmente:
La intuición es un singular atributo del ser humano difícil de explicar; parece integrar distintos niveles de lo cognitivo, con lo emocional y aun con lo moral.
La intuición, nos permite acceder a una gran reserva de conocimientos de los que no somos conscientes, o lo somos sólo parcialmente.
La intuición viene a ser el modo de pensar "por defecto", es decir, el que funciona cuando no aplicamos el pensamiento racional.
La intuición es, por el momento, imposible de definir de modo gestaltista u holista; más que definiciones, encontramos afirmaciones sobre ella.
La intuición se manifiesta típicamente mediante palabras, imágenes, sentimientos o sensaciones viscerales, que no siempre sabemos interpretar.
La intuición, que se puede desarrollar, parece ser proporcional a la honradez emocional y a la motivación por saber, por descubrir y por resolver.
La intuición, en su manifestación quizá más cotidiana, nos permite leer entre líneas y conocer los sentimientos de los demás, al margen de sus palabras.
La intuición es una facultad genuina, y no debemos confundirla con temores suscitados por el miedo, con deseos o con peligrosas presunciones de infalibilidad.
La intuición posee fronteras indeterminadas; hay quien piensa, por ejemplo, que el apetito, además de una forma de estrés, es una intuición.
La intuición, es decir, la revelación intuitiva, puede producirse en cualquier momento; debemos estar atentos y preparados para reconocerla.
La intuición es motivante; las señales intuitivas nos mueven a la acción, pero -recordémoslo- hemos de poner la razón en medio.
La intuición está detrás de muchos logros en materia de creatividad e innovación, y ha resultado clave en numerosos éxitos empresariales.
La intuición parece exigir, por decirlo así, que estemos en resonancia con la situación a resolver, o sea, que la hayamos comprendido bien.
La intuición puede estar muy desarrollada; en esos casos no accedemos a ella sólo por azar, sino que podemos favorecer el acceso. • La intuición permite percibir (presentir) cosas venideras (aunque no todas las personas supuestamente visionarias son realmente intuitivas).
No me sorprendería que algunos de estos aspectos sean difíciles de aceptar, porque insisto, no nos hemos preocupado mucho de esta magnífica herramienta de comunicación intra e interpersonal., y no hablar llanamente de clarividencia que me resulta hasta desagradable. De igual forma cuando hablamos de "presentimientos", y en el mundo gerencial la intuición se entiende en ocasiones reducida a visión de futuro, como sinónimos.
Finalmente algunos ejercicios que mejoran la intuición:
Conózcase a sí mismo. Esto es bueno para todo y encaja con la necesaria dosis de honradez emocional. Para alcanzar el autoconocimiento, ábrase al feedback de buenas fuentes, practique la reflexión y preste atención a su voz interior: no deje atrofiar este recurso. Trate de destapar los puntos ciegos pendientes y tome conciencia de sus fortalezas y debilidades. Intente ser, de verdad, lo que le gustaría ser e intenta parecer Distinga bien sus pensamientos de sus sentimientos e identifique claramente sus emociones; no renuncie a ellas pero reconózcalas Además, ya sabe que a veces la intuición se expresa mediante emociones.
Mejore su CE (cociente emocional Cuanto mejor funcione su cerebro emocional, más ayuda recibirá de la intuición. Aprenda a expresar y administrar sus sentimientos como expresa y administra sus pensamientos. La inteligencia emocional nos hace seres humanos más completos No lo dude, la intuición funciona mejor en personas con elevado CE; de hecho, la intuición viene a ser una dimensión exaltada de la inteligencia emocional
Converse y haga preguntas precisas y claras a su intuición. La intuición está esperando que Ud. la llame y que le plantee preguntas bien definidas. Cuanto más la utilice, mejor funcionará.
Tome en serio las señales intuitivas, es decir, las soluciones que se le ofrecen. Tanto si se trata de ideas creativas, impulsos para la acción, soluciones a dilemas o luces para penumbras. Ya sabemos bien que la razón no es contraria, sino complementaria, a la intuición. Es necesario asegurar cuanto se pueda el acierto ante cada decisión; mediante el acierto, ganaremos confianza en los procesos intuitivos, acudiremos a ellos con más frecuencia y descifraremos mejor sus señales. No bajemos la guardia en la evaluación, aunque creamos que nuestras intuiciones son siempre buenas; no nos creamos nunca especialmente agraciados con el don de la intuición; no nos olvidemos de la prudencia, la humildad y el aprendizaje.
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