EL TALENTO
Entrevista a Dan Coyle autor del libro Las claves del talento.
Coyle buscó por todo el mundo la fuente del talento
Las habilidades no son innatas, dependen de la práctica intensa, la ignición y un buen maestro
CONCLUSIÓN. El periodista estadounidense asegura que los padres deben motivar las destrezas en sus hijos.
El Universal
Viernes 13 de noviembre de 2009
¿El talento es innato o es algo que se adquiere?
El periodista estadounidense Dan Coyle emprendió un largo viaje de 14 meses por toda la geografía del planeta para descubrir los “semilleros de talento” o aquellos lugares en donde, de modo fortuito, brillaban con luz propia grandes figuras de la música, el tenis, el fútbol o la literatura, sin ningún antecedente genético.
Las andanzas del periodista norteamericano Dan Coyle tuvieron lugar desde una ruinosa pista de tenis en Moscú a un campo de fútbol en los arrabales de Sao Paulo, Brasil, pasando por un estudio vocal de Dallas, Texas, una escuela situada en un barrio superpoblado de California o una academia de música destartalada en los Adirondacks de Nueva York.
“El talento no es un don misterioso que dependa de las leyes del azar y la genética, sino que la clave para desarrollar una habilidad consiste en la convergencia de tres elementos; la práctica intensa, la ignición -una especie de energía, pasión y compromiso- y un buen maestro instructor”, aseguró Doyle (Sant Louis, Missouri) en sus conclusiones.
Lo que dice la ciencia
Cuando se juntan todos estos elementos, el cerebro genera una sustancia llamada mielina, que es un aislador celular que envuelve los circuitos neuronales en respuesta a determinadas señales y que resulta un elemento clave para hablar, leer y desarrollar todas las habilidades relacionadas con el aprendizaje.
“Investigadores y científicos han descubierto recientemente que la capacidad para potenciar nuestras habilidades reside en la mielina, una materia muerta, una especie de grasa que envuelve las neuronas que ha resultado ser una ‘epifanía’, porque manda al cerebro construir su banda ancha”, comentó Dan Coyle.
“Mediante la mielina se generan señales en el cerebro y se consigue que los circuitos cerebrales vayan 100 veces más rápidos y que circulen por ellos tres mil veces más información, como se ha conseguido observar con la Tomografía Axial Computarizada (TACS) y las resonancias magnéticas”, dijo el periodista Coyle.
Para este experto, “todo el mundo puede generar mielina durante toda su vida, aunque se active mucho más durante la infancia. Su crecimiento permite toda clase de habilidades y podemos percibir su incremento a través de sus efectos, observando cómo desarrollamos nuestras habilidades”.
Según los diferentes estudios sobre la materia, la mielina empieza a agrietarse con la edad, pero somos capaces de generarla, incluso, cuando empieza a romperse, ya que es una sustancia que se crea hasta el final de nuestra vida.
El principio de error-acierto
“En aquellas situaciones en que la gente se ve obligada a enfrentarse a nuevos retos, como cometer errores, prestar atención o prácticas intensas, se tiende a aumentar nuestra reserva cognitiva”, afirmó el periodista.
“Cada niño es diferente al nacer, cada entorno distinto y todos salimos del feto materno con nuestros puntos fuertes, pero somos unas máquinas de aprendizaje que dependen del entorno, de la ilusión, de un buen maestro y de que nos enamoremos de lo que hacemos”, puntualizó Dan Coyle.
El periodista considera que “el talento no es innato” y aconseja que los padres presten atención a todo aquello que le fascina a sus hijos, además de que se les muestren señales de aliento y desde luego que se les explique cómo funciona el mecanismo de la mielina.
Cómo desarrollar una habilidad
Para desarrollar una habilidad debemos dedicar cierto tiempo a observar o escuchar -en el caso de la música- la habilidad que se quiere aprender hasta ser capaces de imaginarnos a nosotros mismos poniéndola en práctica. “En los semilleros de talento se utiliza mucho la imitación”, aseveró Coyle.
Otra facultad para aprender habilidades reside en descomponer una destreza en las piezas que la integran, memorizar esos trozos individualmente y luego unirlos en unidades de agrupamiento cada vez más grandes.
Los siguientes puntos radican en trabajar más lentamente, “lo que permite prestar más atención a los errores”, repetir una y otra vez la misma acción y aprender a sentirla y percibir un conjunto de sensaciones secundarias que están asociadas a la adquisición de nuevas actividades. “Es como la sensación de quedarse corto y volver a intentarlo”, explicó el investigador de “semilleros de talentos”.
Sobre la práctica intensa, el periodista asegura que “no significa un simple esfuerzo, sino un esfuerzo que persigue un propósito: elegir un objetivo, ir por él, evaluar la brecha que hay entre el objetivo y nuestras posibilidades de alcanzarlo y volver al paso uno”.
La importancia del compromiso
Para llevar a cabo esta práctica, que resulta de un trabajo intenso, se requiere lo que el experto califica como “ignición” o una motivación compuesta de energía, pasión y compromiso: “La ignición suministra la energía, mientras que la práctica intensa convierte esa energía, con el tiempo, en progreso activo, algo que conocemos como capas de mielina”.
De manera esencial, toda habilidad requiere la enseñanza de un maestro instructor, “pero no un maestro corriente, sino una persona que enseñe el amor de lo que se hace”, comentó el periodista, que vive actualmente en Alaska y es editor de la revista Outside.
“Las claves del talento se pueden aplicar en distintas facetas de la vida, desde la educación, en donde es básica la alta calidad de los maestros, hasta el mundo de los negocios, ya que cuanto más adopte una organización los principios de ignición, práctica intensa e instrucción maestra, mayores serán sus resultados”, insistió el periodista.
La Shyness Clinic de Palo Alto, California, tiene como teoría que “las habilidades sociales son como las musculares”, requieren un desarrollo y práctica constante para conseguir que el talento forme parte constante de las habilidades desarrolladas en la vida
“La clave está en permanecer un tiempo en esa zona incómoda, en aprender a tolerar la ansiedad y, si se practica, se puede llegar a alcanzar el nivel que se desea”, enfatizó el experto.
(EFE-REPORTAJES)
Aplicado al baloncesto.
Practica = Entrenamiento.
Ignición= Entusiasmo y compromiso.
Buen maestro = Buen entrenador que transmita sus conocimientos, pero también su compromiso y entusiasmo, si falla en alguna de estas cosas no sería el buen maestro.
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