La humildad es muy poderosa, y el orgullo solo un signo de debilidad. La humildad es síntoma de gente segura y firme, por el contrario, el orgullo es síntoma de inseguridad.
Por lo regular, la gente relaciona la humildad, a lo sucio, lo poco, y lo malo. Pero la Biblia la asocia a lo bueno. La Palabra nos enseña en Proverbios 22:4 que las riquezas, la honra y la vida son la recompensa de la humildad.
La humildad es tan poderosa que pueda hacer que las riquezas lleguen a tus manos, y el orgullo es tan malo que puede hacer que se vallan. En el mundo, hay más gente perdiendo por orgullosa que por humilde.
Se necesita humildad para vivir en lo mucho. Si eres último lugar en tu clase, seguramente no es por humilde, sino por haragán. Cuando eres quien tiene el honor, las medallas y el reconocimiento necesitas la humildad. Si eres pobre se requiere que resistas mientras sales adelante, pero si eres rico requieres de la humildad para soportar las bendiciones que Dios te da.
Nosotros relacionamos mal las cosas, decimos que si vives en una casa que ya se cae y está llena de goteras se es humilde, pero en verdad, la humildad se lleva en el corazón, no en el bolsillo.
La humildad es poderosa. Si la dejas fluir podrás ver cuántas cosas pueden venir a tu vida. La más poderosa de las posesiones que Dios puede traer a la vida de un hombre y una mujer está en Isaías 57:16 donde dice: Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
Cuando mandaron a Moisés a hacer el arca del pacto, el propiciatorio era en oro con dos querubines que hacían el respaldo del trono de Dios juntando sus alas. Ahora bien, imagínate a Dios entre ángeles, serafines y querubines diciendo: Santo, Santo, Santo, y Todo Poderoso. Y que Dios diga que le da igual estar entre ellos o entre nosotros por ser humildes.
No hay quien acapare la atención de Dios si no tiene el corazón humilde. El Señor atiende al humilde. Una cosa es que Dios te oiga y otra que te atienda. Él puede escucharte o decirte que pases adelante y atenderte por ser humilde. Dios no atiende al orgulloso.
No puedes captar la atención de Dios peleando con Él. Puedes hacer berrinche siempre, pero Dios no te hará caso. Siendo humilde se capta la atención de Dios. El Señor da gracia al humilde. Deja de tener orgullo, no te sirve de nada.
En Proverbios 29:23 dice: El hombre que ama la sabiduría alegra a su padre; Mas el que frecuenta rameras perderá todos sus bienes.
Los soberbios viven abatidos, tienen congoja y les cuesta dormir. Puede que estés abatido el día de hoy, que haga un llamado para orar por ti, y que el desanimo se valla hoy de tu vida. Pero, si regresas a tus prácticas orgullosas, le abras la puerta al enemigo y vuelvas a estar desalentado. El problema no es si oramos o no por ti, es si dejas o no el orgullo. ¿Cuándo vas a salir de ese abatimiento?, ¿Qué ocurre en tu ser? Hay orgullo, y debes dejarlo, porque te apesadumbra y es carcoma de los huesos.
En 1 Pedro 5:6 dice: Humillaos, pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo.
¿Hay algún problema en que Dios exalte a alguien? No lo hay. Dios no tiene problemas en que la gente te bendiga y admire, no siente competencia. Él es muy seguro de sí mismo y no le ocasiona ningún problema eso. El Señor quiere exaltarte y no hay nada de malo en ello. Debemos entender que Dios quiere darnos cosas que nuestra mente no logra alcanzar.
Dios te exaltará cuando sea tiempo. Ahora bien, ¿por qué se ha tardado tanto, será que no has pasado lo suficiente humillado bajo su propia mano? Dios te quiere exaltar y levántate quiere que seas la mejor persona en la universidad, en el colegio y empresa, pero desea que sepas entregarle la honra a Él. En Apocalipsis, hay 24 reyes que recibieron coronas de parte de Dios, y después se las quitaron y se las entregaron postrándose a sus pies diciendo que Dios es el único que se merece la honra. Hay coronas que Dios nos da, luce tú corona, pero tienes que saber que esa corona debe ser puesta a los pies de Cristo. Debes ser completamente bendecido con humildad.
En Mateo 11:29 dice: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; Tu alma tendrá descanso cuando sea mansa y humilde. Cuando me convertí al Señor, venia de un estado de orgullo crónico, a todo el mundo veía por encima del hombro, tenia mal carácter, y cuando estudiaba y no me aprendía algo me rechinaban los dientes y me arrancaba el pelo. Llegue a creer que nunca me iba a casar a causa de ese mal carácter. Pero me arrepentí de ese pecado y empecé a leer la Palabra de Dios. Si estas así, Cristo Jesús puede cambiar esas cosas y te puede dar la paz que sobre pasa todo entendimiento. El alma orgullosa no encuentra paz.
Algunos toman para sí el famoso dicho popular que dice: “Hay que ser manso peor no menso”, y se agarran de él para no dejar de ser orgullosos. El ser manso y humilde se ha interpretado de mala manera. Cuando alguien quiera tomarte el pelo, quédate tranquilo, se humilde. Algunas veces la gente se acerca a decirme que alguien dijo algo o me hizo algo, pero yo le digo que lo deje y se quede tranquilo. Se inteligente, no pierdas la mansedumbre pro ese tipo de cosas.
Dios vive en el cielo, y el cielo tiene las calles de oro y el río de cristal. El cielo es un lugar humilde. El Señor lo hace humilde porque habita ahí.
El rey Salomón dijo que todo era vanidad. Entonces, si todo es vanidad por qué levantas la mano para juzgar a alguien. Si una mujer anda todo el tiempo bien vestida y maquillada, la gente la juzga por vanidad. Lo mismo ocurre con aquel hombre que siempre está bien vestido, le dicen que es vanidoso. Pero, ¿Aquel joven que se viste de jeans rotos y con la camisa de fuera no tiene vanidad? Si lo es, sólo que es cuestión de gustos y de precios.
¿Qué es vanidad? Crees que es vanidoso el que anda en un jaguar o el que anda en un carro bien pintado? Si la Biblia dice que todo es vanidad, los dos tienen vanidad, el problema es que una es más cara que la otra, ahora bien, si todos vamos a tener vanidad, por lo menos con buenos gustos.
La falsa humildad es peor que el orgullo. Ésta te lleva a practicar cosas que crees que al hacerlas estarás mejor que los demás. Cuando uno suelta esa falsa humildad se siente bien de vivir así. Echa fuera de tu vida el orgullo y la falsa humildad.
Jesucristo dice que aprendamos de Él que es manso y humilde de corazón, y que es el pan de vida y que quien en Él cree no tendrá hambre jamás.
Para nosotros es fácil creerlo porque lo escuchamos dos mil años después de que ocurrió. Pero el problema para ellos es que lo estaban escuchando sin saber que era el Hijo de Dios. Imagino que cuando lo oían decir esas cosas decían que se le había subido a la cabeza.
En Juan 8 Jesús dijo que es la luz del mundo, y el que le sigue no andará en tinieblas. Él decía lo que era. Decir lo que eres y lo que Dios ha hecho contigo no es orgullo. Creer que decir no decir lo que eres un orgullo, es falsa humildad.
Jesús dijo que es la puerta de las ovejas y que quién por él no entra es ladrón. Más adelante dijo: Yo soy el buen pastor, el que da su vida por las ovejas. También dijo que Él era la resurrección y la vida y quien en mi cree, aunque esté muerto resucitará. Jesús era humilde, y el decir lo que era no lo hacía menos humilde. El problema con el que muchos cuentan es que a causa de la falsa humildad no saben quien son en Cristo Jesús.
En Juan 14 Jesús dijo que era el camino, la verdad y la vida y que nadie llega al Padre sino es por Él. Todas las religiones hablan de Dios pero ninguna te lleva a Él. Solamente a través de Jesucristo se llega al Padre. Si nosotros hubiéramos estado presentes hubiéramos juzgado a Jesús de orgulloso, a causa de nuestro falso concepto de orgullo y humildad. Debemos renovar nuestra mente respecto a esos conceptos para entenderlos. De lo contrario, nos vamos a perder las bendiciones de Dios.
Mas adelante dijo que era la vid verdadera y que fuera de Él no podemos hacer nada. Recuérdate que para muchos de ellos era un carpintero nada más. Pero, Jesús vivía tan seguro que cuando le preguntaron si era el hijo de Dios dijo que Sí. Lo mandaron a crucificar por que había alguien que decía que era hijo de Dios.
Ahora tomemos otro termino de nuestro lenguaje, usamos el término creído de manera equivocada. A quién calificas de creído, no necesariamente es orgulloso, sino seguro de sí mismo. Todos somos creídos, sólo que algunos creen mucho y otros poco. Si dices que naciste para perdedor eres un creído, porque es eso lo que crees.
En Juan 8:12-19 dice: Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a donde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre. Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: ni a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais.
Con dos que testifíquenlo mismo de ti, tu testimonio es verdadero. Pero lo importante es que testifica Dios de ti cuando dices que eres un hijo de Dios y que eres Su heredero, coheredero con Cristo Jesús, y cuando dices todo lo que pidamos al padre no lo va a dar, y que eres templo del Espíritu de Dios, la Palabra da el mismo testimonio. La Biblia dice lo que está escrito en tu vida. Tenemos dos testigos en esta vida, Da testimonio de lo que eres en Cristo.
En el libro de Romanos 12:2 dice: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Transformar es cambiar de forma. Cuando nosotros venimos a los pies de Cristo, traemos una forma pero si leemos la palabra y la obedecemos somos transformados a causa de nuestro entendimiento.
Decir lo que eres y lo que puedes obtener en Cristo Jesús no es orgullo. Decir que vas a triunfar ni es orgullo, es seguridad. Hay que tener cuidado de no cambiar el orgullo por la falsa humildad.
A cada uno de nosotros Dios nos dio una medida de fe. Piensa de acuerdo a tu fe, no a la de alguien más. Debemos pensar de acuerdo a la medida de fe que Dios nos a dado a cada uno de nosotros y subir el estándar. Si quieres ser más, quita de tu vida la falsa humildad.
En Mateo 6:26 dice: Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Nunca has visto una flor mal vestida, desteñida y rota. Dios la viste preciosa, a pesar de que son echadas al fuego y pisoteadas por los hombres. Estás son ejemplo a seguir para vestirnos. Aunque te cueste creerlo, uno de los primeros niveles de fe que la gente debe mostrar es en como come y viste. ¿Cómo viste Dios un cotorro, un águila, un delfín, a los peces? Cuando aprendí a bucear vi peces hermosos, vestidos con cada color que Dios a hecho. Pero nosotros confundimos las cosas, llamamos humilde a lo que de humilde no tiene nada. ¿Dónde vive Dios? Dios vive en un humilde cielo, porque si Él es humilde, vive en un lugar humilde. Quiere decir que la humildad de tu corazón es como el cielo mismo. La humildad es el mayor de los adornos que alguien puede tener delante de Dios. Ésta lo llama y atrae a estar contigo.
Dios hará mucho mas por aquellas personas que creen tener más valor. La primera persona que Jesús le hizo a la gente es ¿Cuanto crees que vales? Y la segunda es ¿Hará Dios mucho más por ti? Dios va a hacer más por ti cuando creas mejores cosas de ti mismo.
Si vives menospreciándote y pensado que naciste para perdedor, Dios no puede hacer más por ti. Tienes un Dios capaz de hacer de todo, pero la fe que tiene de ti mismo hace que ya no actúe. Si piensas que eres de tercera categoría, cosas de esa calidad van a llegar a tus manos, porque pides de acuerdo a lo que crees que mereces, recibes de acuerdo a lo que piensas de ti mismo.
Tu petición vale lo que tu crees que vales. Cuando crees que vales tanto como para vivir en una mejor casa, vas a pedir una mejor casa, porque pides la casa que crees que vales y puedes vivir. Cuando creas que vales más, vas a pedir un mejor carro del que manejas. Si crees que eres de escuela publica ahí te vas a graduar. Si crees que eres de universidad bilingüe en el extranjero, sigue creyendo algún día estarás ahí.
Cuida que tu fe no sea manipulada por tu falsa humildad, porque puede que crees que no vales. Si crees que naciste para ocupar cargos de primera clase, los vas a ocupar, porque lo que crees de ti mismo determina el tipo de oración que harás y la oración que haces determina la calidad de bendición que obtendrás.
En una ocasión, me regalaron un anillo que tenía 15 diamantes. Cuando iba a predicar un día, a causa del concepto que tiene la gente, no lo iba a usar. Pero escuche la voz de Dios que me dijo: Te da pena que vean como te tengo. Y aunque no lo crean agarre el anillo llorando y me lo puse en la mano. Si supieras cuánto vales para Dios, tu vida entera cambiaría. Deja de creer que no vales, esa es una mentira del diablo. Si crees que vales más, Dios va a empezar a hacer mucho más en tu vida. Dios hace mucho más en los que creen que valen más.
Dios mandó a Jesús a morir por nosotros porque valemos mucho. Tú vales la sangre del hijo de Dios. Echa a la basura toda esa falsa humildad y el orgullo. Pídele a Dios que te dé el balance para vivir bien delante de Él, y que sin importar que diga la gente seas quien debes ser. Si has sido una persona que ha tenido falsa humildad y orgullo pídele perdón a Dios Y dile que tu vida cambia a partir de este día.
Dios mandó a Jesús a morir por nosotros porque valemos mucho. Tú vales la sangre del hijo de Dios. Echa a la basura toda esa falsa humildad y el orgullo. Pídele a Dios que te dé el balance para vivir bien delante de Él, y que sin importar que diga la gente seas quien debes ser. Si has sido una persona que ha tenido falsa humildad y orgullo pídele perdón a Dios Y dile que tu vida cambia a partir de este día.
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Con mucho cariño, un obsequio para todos nosotros,
Carlos Saavedra Martinez