sábado, 1 de enero de 2011
Resolver o Mejorar la Enfermedad Mental
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Per via di porre per via di levare
por el Dr. Alfredo J. PAINCEIRA PLOT
Hace cien años, cuando concluía la centuria anterior, un médico vienés, Sigmund Freud crea el psicoanálisis como respuesta a los interrogantes que le planteaban sus pacientes histéricas a las que supo escuchar. En los orígenes del psicoanálisis están instaladas la escucha y la palabra, nace como diálogo y continúa siéndolo cien años después, en una época en que nadie escucha y priva el monólogo.
El relato de la historia de una paciente (Anna O), que le hiciera BREUER a su joven colega FREUD, despertó en éste el vivísimo interés por los procesos anímicos, que lo llevaron gracias a su genio, a la creación del psicoanálisis. La observación de ese caso, destaca que la paciente que padecía de diversos síntomas somáticos, periódicamente entraba en trance autohipnótico y reviviendo acontecimientos olvidados con todas las emociones concomitantes, despertaba y al hacerlo los síntomas habían desaparecido.
Inició así una búsqueda que no concluyó hasta su muerte y escuchando a sus pacientes (¡cuanto necesitaríamos hoy de esa virtud de escucha!) tiene una primera intuición fundamental, los Síntomas Histéricos tienen un sentido, significan algo, hay en ellos un discurso aprisionado privado de expresión verbal. Lejos de ser meras manifestaciones aberrantes, son parte importante de la vida psíquica de los pacientes, ligada a acontecimientos vividos, que el sujeto no podía recordar y cuya revivencia, determinaba su desaparición.
Los síntomas tienen entonces un significado, que al médico le tocaba develar, aunque solo creando las condiciones propicias , dado que la respuesta estaba dentro del paciente, aunque era INCONCIENTE y por ende, éste no era capaz de hallarla solo. Por eso el psicoanálisis, que iba a nacer de esas primeras observaciones que denotaban el genio de Freud, fue desde el comienzo diálogo, encuentro interpersonal y su efecto terapéutico estuvo ligado desde el comienzo a un develamiento de algo que estaba dentro del paciente y que el analista debía ayudar a poner de manifiesto.
Descubre la libre asociación y su contrapartida en el analista, la atención flotante, el significado de los sueños, la Transferencia, fenómeno que llevaba al sujeto a revivir en relación con su analista los acontecimientos pretéritos, ubicando por desplazamiento en él, la representación de las figuras significativas de su vida infantil y la idea de un proceso terapéutico, en el cual las fantasías y acontecimientos reprimidos del paciente van alcanzando expresión verbal.
Su creatividad se despliega, y a partir de esa primera intuición, la teoría creada para dar razón de los síntomas se hace extensiva a los sueños y a la totalidad de la vida psíquica personal. El sueño también es parte importantísima de la vida del sujeto, es el punto en que se va a expresar, no solo su conflictiva, sino su capacidad creativa, para simbolizarla y para hallarse a sí mismo. Es ese espacio onírico, lugar de la satisfacción alucinatoria de los deseos, expresión de los temores y lugar de un primer intento de simbolización. No es original al decir que los sueños tenían un sentido, desde ya, pero es el primero que logra estructurar una teoría coherente, que permitió una utilización práctica de sus hallazgos en beneficio del tratamiento de los pacientes neuróticos y piedra angular en la búsqueda de SU verdad.
Desde el comienzo dijimos el Psicoanálisis se opuso a toda manipulación, a todo intento de sofocar aspectos de la vida psíquica lo que lo llevó a utilizar metafóricamente la comparación entre dos artes, la pintura que obra "per via di porre", poniendo capa sobre capa sobre el lienzo blanco y la escultura que actúa "per via dilevare", dejando surgir o nacer las formas aprisionadas en el bloque de mármol.
Es difícil imaginar hoy, en la era del apuro y de la exigencia, de las medicinas prepagas que exigen que el paciente se cure o desaparezca en cinco sesiones, el valor del psicoanálisis como método que actúa "per vía di levare", como el escultor que dejar nacer las formas del bloque quitando lo sobrante, y el valor que para la vida humana tiene el encontrarse a uno mismo, y más allá del consumo, privilegiar el ser sobre el poseer y el hacer.
En el año 1904, en una conferencia pronunciada en el colegio de médicos de Viena, y que tituló "Sobre Psicoterapia", Freud, cuatro años después de la publicación del Análisis de los Sueños, sienta las bases de la psicoterapia psicoanalítica recurriendo a la fórmula de de LEONARDO DA VINCI, para aclarar las diferencias entre toda terapia sugestiva y el psicoanálisis.
"Entre la técnica psicoanalítica y la sugestiva hay una máxima oposición, aquella misma oposición que con respecto de las artes encerró Leonardo da Vinci en la fórmula per vía di porre, per vía di levare. La pintura dice Leonardo, opera per vía di porre, esto es, va poniendo colores donde antes no los había, sobre el blanco lienzo. En cambio la escultura procede per vía di levare, quitando de la piedra la masa que la encubre la superficie de la estatua en ella contenida."
"Idénticamente la técnica sugestiva actúa per vía di porre; no se preocupa del orígen, la fuerza y el sentido de los síntomas patológicos sino que les sobrepone algo - la sugestión- que supone ha de ser lo bastante fuerte para impedir la exteriorización de la idea patógena. En cambio la terapia psicoanalítica no quiere agregar nada, no quiere introducir nada nuevo, sino por lo contrario, quitar y extraer algo, y con ese fin se preocupa de la génesis de los síntomas patológicos y de las conexiones de la idea patógena que se propone hacer desaparecer."
La técnica sugestiva, nos dice " tiene el inconveniente de ocultarnos el funcionamiento de las fuerzas psíquicas, no dejándonos reconocer, por ejemplo, la resistencia, con la cual se aferran los enfermos a su enfermedad y se rebelan contra la curación, factor que es precisamente, el único que puede facilitarnos la comprensión de su conducta en la vida."
El Psicoanálisis creaba y crea las condiciones, que permiten que el conflicto inconciente QUE ES PATRIMONIO DEL PACIENTE, su NEUROSIS INFANTIL, se trasponga en una NEUROSIS DE TRANSFERENCIA dentro del encuadre que ofrece y contribuye a crear.
Cuando la persona y el patrimonio personal, dejan de importar, se crean las condiciones como para que reaparezcan los nuevos magos que desde diferentes perspectivas, buscan hallar argumentos "científicos" que avalen lo injustificable, la manipulación de los seres humanos.
En efecto, las terapias que tratan de corregir rasgos externos por la fuerza para suscitar cambios internos, no tienen en cuenta que lo esencial para cada ser humano es SER, EXISTIR, desplegar las propias potencialidades, poder ahondar en sí mismo y ser cada vez más sí mismo, prerrequisito para poder abrirse el hombre al OTRO, y tratarlo como un prójimo. Pienso que, con las exageraciones que conllevó y la locura que desencadenó, ésta es la advertencia que nos deja el cuestionamiento antipsiquiátrico, ese es el legado de LAING.
El Psicoanálisis de los comienzos centró su atención en el síntoma psicógeno y estableció, que al síntoma subyacía un argumento, ese fue el gran aporte de FREUD.
Luego el trabajo del analista desde el comienzo era DESENMASCARAR, DESOCULTAR, poner en evidencia lo latente, el lenguaje trunco que el síntoma expresaba, debía ser traducido en un lenguaje más completo que nos permitiera rescatar los fragmentos de historia vivida aprisionados en el inconsciente y malamente expresados en el síntoma. Esa es la razón por la cual pienso que el psicoanálisis está hoy más vigente que nunca, aunque la indicación terapéutica sea sustituída en muchos casos, por una pastilla que manipula la conducta y suele, si es mal empleada, completar la enajenación en que el hombre contemporáneo vive.
Hace cien años cuando agonizaba la centuria, acuciado, por su inquietud intelectual y por el jeroglífico que sus pacientes histéricas le presentaban en su demanda de ayuda, Sigmund Freud, ayudado por su genio creador, como Edipo frente a la esfinge, se lanzó valerosamente a desentrañar el drama humano...cien años de psicoanálisis atestiguan su éxito.
Hoy el Psicoanálisis como cuerpo teórico impregna y es supuesto por las teorías que sostienen todas las terapias vigentes, está presente en la cultura, al extremo que como nos dice el filósofo Paul Riccoeur, hoy no se puede no contar con él o desconocer sus aportes, aunque los agoreros de turno, anuncian su muerte.
¿Qué nos queda a los psicoanalistas de hoy, frente al monumental aporte freudiano?, por supuesto, no podemos pretender decir las primeras palabras que ya están dichas, y si deseamos seguir siendo psiconalistas debemos como nos decía Bela Grunberger, resignarnos a vivir a la sombra de Freud, pero eso sí, con el compromiso de recrear el psicoanálisis todos los dias y continuar explorando las sendas vírgenes aún no exploradas, las que Freud preanunció, pero no pudo recorrer.
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